Lluvia

Hoy huele a viejo
Hoy hay calles marchitas, tan infinitas y cortas como el resguardo del suspiro que se aguarda sobre el tejado del amor de algunas almas que están en pena.
Lluvia hoy es la cigarra un alma con olor a durazno, de café su tiempo, de granate su lejanía muy por debajo del suelo, al alma añora el silencio y los gatos otean mis pisadas creando el plan perfecto para salir a seducir la mejor fantasía de sus sentimientos.
Lluvia hoy es un buen día para lloverse, hoy la calles quieren de ti, astuta, tímida, exacta y delicada.
Hoy los aleteos pausan su vuelo… ha llegado el momento.
Llueve, llueve, llueve, lluvia llueve lento.

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​Lloran las gardenias


Cuando las gardenias lloran las hojas de las palmeras se alejan del mar y los gatos de lluvia bajan recreándose amorosos copulando en la peña, la teja o el panal.
Cuando las gardenias lloran, el eco tartamudea. Un hombre sin pies y sin manos se conjuga en algún lugar, los días se pierden dentro de las horas y las horas marcan a placer el tímpano del segundo que ya ha pasado a otro lugar.
La mente se confunde de colores, de actos que se reestructuran a su antojo como otra esencia y plantándose en algún lugar que es desconocido aun por las gardenias que siguen llorando para desgastar al mundo como el mundo ciega penetrándose en la tierra el olor a carne humana y a su molde que antes era alma se encuentra ahora en la esquina de una rama y en el hilo de una telaraña.





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